Mineros, sindicatos y productores marcharon en varias ciudades de Bolivia para rechazar el fin del subsidio a los combustibles, una medida que elevó los precios de gasolina y diésel y abrió el primer gran frente social para el gobierno de Rodrigo Paz.
La movilización más numerosa se registró en La Paz, donde mineros cooperativistas caminaron desde El Alto hasta el centro político del país para exigir la derogación del decreto presidencial. Dirigentes sindicales advirtieron que, de no revertirse la decisión, las protestas continuarán.
Representantes del sector minero señalaron que la eliminación del subsidio impacta a toda la población, pero golpea con mayor fuerza a quienes dependen del ingreso diario, aumentando la presión social sobre el Ejecutivo, que asumió el poder en noviembre.
