Ganaderos estadounidenses expresaron su inconformidad por la presión para reducir el precio de la carne de res, luego de que el presidente Donald Trump impulsara medidas que afectaron directamente al mercado ganadero sin reflejarse en precios más bajos para el consumidor.
Productores señalan que, pese a la retórica oficial sobre abaratar la carne, decisiones como aumentar importaciones de res desde Argentina, eliminar aranceles a carne de Brasil e investigar a empacadoras por posible manipulación de precios deprimieron el valor del ganado, pero no redujeron el costo final en supermercados.
El malestar creció entre rancheros —muchos de ellos votantes de Trump— al ver que los precios récord de la carne responden a menor hato ganadero y alta demanda, factores que no se corrigen solo con importaciones. Para el sector, el golpe fue al productor… sin alivio real al bolsillo del consumidor.
